lunes, 13 de febrero de 2012

Trucos para elaborar un currículum vítae

Hoy comenzamos una serie de posts especiales orientados a ayudarte en la búsqueda de empleo desde el momento en el que entras en contacto con una empresa dispuesta a contratarte en caso de que pases la criba. Es decir, que te daremos algunas pistas sobre cómo debes afrontar los tres procesos de selección más importantes que tienden a hacer las empresas: el currículum vítae, la carta de presentación y la entrevista.  

Una de las cosas más importantes cuando buscas empleo es el desarrollo del currículum vítae. Éste es una recopilación de toda tu trayectoria profesional y educativa. Su objetivo principal no consiste en conseguirte un puesto de trabajo, sino que debes entenderlo como la herramienta que te permitirá acceder o no a la entrevista.  Piensa que la presentación del currículum es de vital importancia y que la forma importa tanto o más que el contenido, ya que puedes tener mucha experiencia en tu profesión y sin embargo no destacarlo adecuadamente en el currículum.


Un currículum mal presentado puede acabar con todas nuestras opciones de conseguir un empleo, incluso aunque, como ya hemos advertido, seas el candidato mejor preparado el puesto. Existen tres tipos de currículum según cómo decidamos estructurar la información (cronológico, funcional y cronológico inverso). Como paso previo debes decidir qué quieres que aparezca en él, qué será relevante y qué no, qué puede beneficiarte y qué puede perjudicarte. Lo importante es saber enfocar la información correctamente y elegir el tipo de currículum vítae que más te convenga. Y siempre teniendo en cuenta que existe una información relevante que nunca puedes dejar de incluir.


Ahora, te estarás preguntando, ¿que debes evitar poner en un currículum? Para tener en cuenta:
· No escribas currículum vitae en la parte superior del folio. Reserva ese espacio para tu nombre y tus apellidos.
· No expliques la razón de tu despido o desempleo.
· No dejes ver ninguna militancia política o religiosa.
· Usa un lenguaje estándar; huye de los vulgarismos y de los cultismo.
· Véndete lo mejor posible, pero no mientas.
· Intenta no dejar espacios en blanco en el tiempo que no puedas justificar.
· Adapta tu currículum a cada puesto de trabajo al que te presentes, intentando destacar todo lo que pueda beneficiarte en cada caso, mediante negritas, subrayados, etc.
· Durante la redacción del currículum evita las faltas de ortografía.
· No debes extenderte de más de dos folios por una cara.
· Nunca lo escribas a mano: mejor en el ordenador. Hay procesadores de texto que pueden ayudarte mucho en esa labor.

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